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La Romana es la lechuga más popular en Aruba

En Aruba, una isla pequeña situada a un paso de Venezuela y de las vecinas Curazao y Bonaire, Cunucu Fresh, junto con otras pocas empresas que cultivan hortalizas en invernaderos, está desempeñando un papel clave en el floreciente sector hortícola que busca reducir la dependencia de esta isla de 120.000 habitantes de las importaciones de alimentos. "Las oportunidades de crecimiento para las iniciativas agrícolas son enormes, puesto que el sector primario es prácticamente inexistente en Aruba. Además de abastecer a la población local, hay que proveer alimentos a más de dos millones de turistas que visitan la isla cada año", comenta Jake Arends, actual gerente de Cunucu Fresh, fundada por su padre en 2017. Sin embargo, aunque las oportunidades no son escasas, también hay desafíos, según explica Jake.

Siete años después de construir su primer invernadero, Cunucu Fresh cuenta con cinco instalaciones que abarcan una superficie de 4.300 m². Comenzaron cultivando lechugas y, tras algunos ensayos con pepinos y otros cultivos, decidieron concentrarse completamente en la primera opción. "Producimos escarola, lechuga Batavia, también algo de Lollo Rossa y, por supuesto, lechuga Romana. Esta última es la más popular en la isla, pero quizás también la más difícil de cultivar. Todavía estamos buscando la variedad que mejor se adapte a las condiciones de cultivo en Aruba".

Las lechugas se riegan con agua refrigerada

Sistema NFT
Jake explica que las semillas de las lechugas, que se cultivan en agua mediante un sistema de Nutrient Film Technique (NFT), provienen de la empresa obtentora estadounidense Johnny's Seeds y de la holandesa Rijk Zwaan. "Aquí las lechugas no crecen tan grandes como en Europa. No obtenemos piezas de 200 gramos, aunque la lechuga Romana sí logra buen peso y es muy sabrosa. La lechuga Batavia tampoco es pequeña, pero suele ser algo más ligera de peso".

Un sector hortícola en sus inicios
En Cunucu Fresh se cosechan 800 lechugas cada día, con un ciclo de cultivo que dura poco más de seis semanas. Los clientes incluyen tanto supermercados grandes y pequeños como el sector de servicios de alimentos. "No somos los únicos proveedores de lechuga local; tenemos algo de competencia, aunque quizás sea exagerado llamarla así", comenta Jake. Debido a que el sector hortícola de la isla aún está en sus comienzos, la demanda supera con creces la oferta. Los consumidores prefieren productos locales y buscan etiquetas que indiquen que los vegetales han sido cultivados en Aruba. "Las hortalizas producidas localmente son fresquísimas y tienen una huella de carbono mucho menor que los productos importados. Es un aspecto que los consumidores valoran cada vez más", afirma.


Las lechugas se cultivan en canalones

Tres tipos de suelo
Cunucu Fresh recibe más pedidos de los que puede atender. "Me gustaría construir más invernaderos, pero enfrentamos muchos retos. Conseguir financiación no es sencillo, el agua y la electricidad son caras y, a veces, la calidad y continuidad del suministro son un problema. Además, encontrar terrenos para cultivar es todo un desafío. Los bancos son reacios a otorgar grandes préstamos, y el sistema financiero aquí es bastante anticuado. Por ejemplo, los terrenos en alquiler, uno de los tres tipos de suelo en Aruba junto con los terrenos en propiedad y en concesión, no se pueden comprar ni vender. Esto hace que los bancos sean cautelosos para financiar la construcción de instalaciones en ese tipo de terreno, aunque es el más utilizado para la horticultura. En mi opinión, este sistema de propiedad necesita una modernización urgente".


El vivero

Los paneles solares, parte de la solución
Jake lamenta también el reciente retiro del Fondo de Crecimiento que había lanzado el Gobierno holandés hace unos años. "El agua siempre ha sido un problema en Aruba. El clima aquí es muy seco, incluso más que en Curazao, donde tienen mayor cantidad de agua subterránea. Además, los costes de energía son altísimos y producir lechuga sin energía no es una opción, puesto que los invernaderos y el agua necesitan ser enfriados. Sin embargo, no se puede confiar al 100% en el suministro eléctrico, por lo que hace falta un respaldo. Instalar paneles solares es una solución parcial, pero también supone una inversión bastante grande. ¿Y quién nos prestará el dinero? Aun así, uno de nuestros invernaderos ya funciona parcialmente con energía solar", apunta.

A pesar de los altos costes de energía, Jake sostiene que sus lechugas son competitivas en precio frente a los productos importados. "Y a medida que sigamos creciendo, la competitividad crecerá gracias a las economías de escala. Especialmente en invierno, cuando el hemisferio norte, de donde viene la mayoría de las lechugas importadas, necesita calentar sus invernaderos, nosotros ofrecemos precios mucho más bajos. En verano ocurre lo contrario. Además, trabajamos todo el año con un precio fijo. Y como dije, la demanda de nuestra lechuga sigue siendo mucho mayor que la oferta. Miramos al futuro con confianza", concluye Jake.

Para más información:
Jake Arends
Cunucu Fresh
Moko 1 – Oranjestad (Aruba)
Tel.: +297 699 9091
[email protected]
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