Cuando los individuos no consiguen alcanzar las metas deseadas, pueden devaluar estos objetivos, un fenómeno conocido como "efecto de la uva agria". Este término tiene su origen en la fábula de Esopo "La zorra y las uvas", en la que una zorra, incapaz de alcanzar un racimo de uvas, las tacha de agrias. Las investigaciones indican que estos ajustes cognitivos pueden ayudar a mantener la positividad y la motivación para futuros esfuerzos. En particular, las personas con una fuerte orientación al logro son menos propensas a este efecto, lo que sugiere que centrarse en el crecimiento personal puede reducir la tendencia a racionalizar los fracasos.