A pesar de las atípicas altas temperaturas y la falta de lluvias, el Camp d'Elx estima una producción de 22.500.000 kilos de hortaliza de invierno, lo que representa un aumento del 21,6% respecto a la campaña anterior (18.500.000 kg).
Así lo ha manifestado esta mañana el presidente de Asaja Elche, Pedro Valero, acompañado por el presidente de la asociación agraria provincial, José Vicente Andreu, durante el tradicional acto de previsión de las hortalizas de invierno que se producen en el campo ilicitano.
El cultivo estrella del Camp d'Elx sigue siendo la alcachofa. Asaja Elche prevé unos 12.000.000 kilos de este producto, que experimenta un crecimiento del 33% respecto a 2023/2024, cuando se alcanzaron cerca de 9.000.000 kilos.
"Hay una clara tendencia al alza que nos dice que el agricultor está apostando por la variedad híbrida, que se ha afianzado por la excelente producción que ofrece la mata. Además, resiste mejor a las inclemencias climáticas, necesita menos cantidad de agua y presenta fortaleza a los fitopatógenos o enfermedades del suelo", ha aseverado Pedro Valero.
En cuanto a la superficie cultivada, se cuenta con 650 hectáreas, a diferencia de las 550 de la temporada pasada. Este aumento de tierras destinadas a la alcachofa se debe a la disposición de los recursos hídricos necesarios para el crecimiento de la plantación.
Con respecto a las crucíferas, como son el brócoli, la coliflor, el romanesco y la col, se espera superar las cifras del año pasado, con una superficie de 600 hectáreas y una recolección de 9 millones de kilos. Estos datos mejoran por estas mismas fechas los de 2024, cuando se contabilizaron 550 hectáreas y 8.000.000 kilos.
Las patatas del verdete mantienen cifras similares a las que se manejaron en la anterior temporada, con la producción de 1.000.000 de kilos en unas 100 hectáreas, al igual que las habas, que mantienen una estimación de cosecha de 500.000 kilos, localizada en 50 hectáreas.
En total, el Camp d'Elx dedica 1.400 hectáreas al cultivo de hortalizas de invierno, un dato que aumenta ligeramente respecto a la campaña anterior (100 hectáreas más). Por ello, la entidad agraria pone en valor "el esfuerzo de los agricultores por mantener la actividad pese a las dificultades que presenta el sector; problemas como la pérdida de productividad y rentabilidad sin precedentes, la persistente sequía, el considerable aumento de los costes de producción, las calurosas temperaturas en la estación de invierno, sin olvidar la competencia que llega procedente de la importación de terceros países que juegan con otras reglas más fáciles que nosotros".
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