El pasado sábado 22 de febrero, la firma belga FMB celebró su centenario en el salón de actos Den Oven de la ciudad flamenca de Boom, donde compañeros, familiares y allegados se reunieron para recordar estos últimos 100 años, aunque sin dejar de mirar al futuro, y disfrutando del momento con la degustación de aperitivos y bebidas, con música a cargo de un grupo llamado, muy apropiadamente, Green Onions. "Fue, en una palabra, maravilloso", así describe la velada Nick Michiels, de esta empresa familiar. "Solo recibimos comentarios positivos y la sala estuvo llena durante toda la velada, con 220 invitados".
El equipo de FMB/Calsa.
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Sin embargo, antes de que estuvieran listos los bufés y se diera rienda suelta a la fiesta y el baile, primero se dedicó algo de tiempo a la parte oficial. Se transportó al público en un viaje en el tiempo, que también pudo experimentarse en la entrada con un paseo por el "history lane". Nick Michiels y Gerd Stijnen, ya la cuarta generación dentro de la empresa, respondieron preguntas sobre la historia. "En realidad, todo empezó en 1924", interrumpió Nick. "En aquella época, Frans Michiels llevaba un carro tirado por un caballo al mercado de Bruselas para vender judías, guisantes y espárragos".
Aun partiendo de estos humildes comienzos, la empresa pronto se convirtió en un negocio con la exportación como eje central. "Eso fue ya en 1935", añadió Gerd. "Empezamos exportando a Francia y los Países Bajos. Más tarde, en los años 50, se añadieron Alemania y Suiza. El transporte se realizaba principalmente en camión, aunque también en tren. Todavía no había transporte refrigerado. En los años 80, y sobre todo tras la caída del Muro de Berlín, las exportaciones crecieron a un gran ritmo, porque había mucho interés por parte de Chemnitz, Dresde, Leipzig y Berlín".
Gerd Stijnen y Nick Michiels, directores comerciales de FMB, explican la historia.
Cuando se les preguntó acerca de la evolución de las exportaciones de hortalizas, ambos se mostraron tajantes. "Antes todo era estacional", explica Nick. "Por aquel entonces, solo tenías endivia en invierno y tomates/pepinos en verano. Ahora puedes tener una gran variedad de hortalizas durante todo el año gracias a las nuevas técnicas de cultivo". La empresa ha sabido responder a las condiciones cambiantes del mercado. "Al ofrecer una gran calidad, la demanda del extranjero se mantiene alta. Podemos responder con rapidez porque estamos muy cerca del producto y de la producción. Además de ofrecer un buen servicio, vemos que trabajando así podemos marcar la diferencia".
Jeroen Buyck, Charlotte Buyck y Pol Dendauw, de Calsa.
Y así ha de ser, porque celebrar un centenario no es un logro al alcance de cualquier empresa. Tras el viaje en el tiempo, Pol Dendauw, Jeroen y Charlotte Buyck hablaron también del futuro, de la fortaleza de FMB, pero también de la conexión con Calsa, con la que la empresa lleva trabajando desde 2019.
Jeroen explicó: "Históricamente, junto a Calsa, siempre hemos tenido muchos contactos con productores y hemos realizado exportaciones a destinos como Francia, España, Italia y los países del Este. Alemania era un mercado con el que estábamos menos familiarizados, por lo que el acercamiento entre FMB y Calsa fue un paso lógico desde el principio. Hemos tenido una gran sintonía en cuanto a métodos de trabajo desde el minuto uno, además de coincidir en cuanto a mentalidad".
A continuación, Pol describió las ventajas de la colaboración. "Al compartir nuestra experiencia y recursos logísticos, ambas empresas podemos trabajar con eficacia y ofrecer una amplia gama de productos a nuestros clientes. Además, la red conjunta garantiza una posición más fuerte en el mercado y entregas muy rápidas, algo esencial en el sector hortofrutícola. ¿Quién puede asegurar que lo que se compra a las 6 de la mañana llegará al cliente esa misma tarde? Nosotros podemos, pero para lograrlo sigue haciendo falta mucha organización".
Las generaciones anteriores pasan literal y figuradamente a un primer plano. De izquierda a derecha: Eliane Michiels, Ervé Jooken, Frans Michiels, Nick Michiels, Edward Michiels, Gerd Stijnen, Jos Michiels y Gerda Michiels.
En cualquier caso, según Charlotte, haber crecido no ha implicado la pérdida del espíritu familiar de ambas empresas. "Nuestro grupo tiene ya unos 60 socios. Puede decirse que esto nos convierte en una gran empresa, pero para nosotros, el espíritu familiar no se ha perdido. No podemos ser la organización que somos sin las personas que dan lo mejor de sí mismas cada día. Como directivos que somos, nos pasamos los días rodeados de gente y sabemos que el éxito también llega gracias al esfuerzo de todos. Para nosotros, es importante que todos los miembros de la dirección sean accesibles, aporten su granito de arena cada día y comprendan bien cómo funciona el negocio no solo con los clientes, sino también en la oficina. Esa es la esencia para nosotros".
El grupo Green Onions animó a los asistentes a la pista de baile.
Por último, Jeroen dijo que se preparan para seguir cosechando éxitos en el futuro, a pesar de la difícil coyuntura económica. "Cada vez tenemos que adaptarnos a más regulaciones, tanto de Europa como de Bélgica. A veces ni siquiera es sencillo saber lo que hay que cumplir. Desde luego, eso no pone las cosas fáciles", explicó. "Al trabajar juntos, compartimos conocimientos y podemos adoptar un enfoque común en ámbitos como la contabilidad y los recursos humanos. Establecemos relaciones sólidas con nuestros socios, los bancos, los departamentos de recursos humanos y las aseguradoras para mantenernos siempre correctamente informados. La clave es que trabajamos en un mercado enormemente competitivo, así que tenemos que ser siempre muy conscientes de los costes en todo lo que concierne a nuestra organización". Sin embargo, esa preocupación por los costes se dejó de lado este sábado por la noche. "Por una vez, hicimos una excepción, ya que queremos que todo el mundo pueda disfrutar con nosotros de este centenario", río Jeroen.
La fiesta se alargó.
A continuación, todo el mundo fue cordialmente invitado a unirse a la fiesta. Los invitados no se lo pensaron dos veces y disfrutaron de los bufés, un estudio fotográfico donde tuvieron ocasión de hacerse sus propias fotos, un bar de cócteles y, por supuesto, la música de Green Onions. La fiesta en Boom se alargó durante horas. Todos coincidieron en que "fue una magnífica velada y una forma maravillosa de celebrar el aniversario".
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Fotos: Nicolas Herbots
Para más información:
Frans Michiels & Zn (FMB)
Kempenarestraat 50A - Bus 3
2860 Sint-Katelijne-Waver (Bélgica)
Tel.: +32 15 560600
[email protected]
www.fmb.be