Las abundantes precipitaciones de la última semana alteraron de forma importante el transcurso de la campaña de hortalizas en Murcia, con alrededor de 1.000 hectáreas anegadas, principalmente de lechuga, brócoli, coliflor, col y alcachofa, y daños que, según las principales organizaciones agrarias, estarían sobrepasando los 10 millones de euros. El sector mira hacia el cielo ante las previsiones de más lluvias.
"Han sido unos días muy complicados y de mucho sacrificio en el sector", recuerda Felipe López, director gerente de la cooperativa murciana Gregal. "Apenas hemos podido salir a recolectar y en muy pocas cantidades, ya que, además de haber parcelas inundadas y embarradas que imposibilitan la entrada de maquinaria pesada, ha coincidido con las celebraciones de Ramadán, siendo que muchos de los recolectores proceden de Marruecos y otros países musulmanes".
"La demanda ha sido fuerte en estos días y ha habido nerviosismo en los mercados al no haber suficiente producción disponible", indica Felipe. Si bien las lluvias han dado una pequeña tregua a los agricultores murcianos esta semana, se prevé que vuelva a empeorar el tiempo. "Esperamos más lluvias a partir de mañana y, si bien estábamos empezando a retomar cierta normalidad, ahora los agricultores vuelven a estar nerviosos al tener que volver a detener la actividad o a tener más pérdidas. Además, nunca es bueno cuando llueve sobre mojado".
En cuanto al impacto directo en las producciones, los cultivos de hoja son los más afectados, los cuales están teniendo, además, mayores dificultades todavía para ser recolectados. En los campos anegados, las plantas mueren por asfixia radicular debido a la falta de oxígeno en la raíz.
También preocupa la aparición de hongos por ese exceso de humedad y la afectación en la calidad de cara a los próximos días. "Será importante que se lleven a cabo los tratamientos adecuados para lo que queda de campaña de invierno, que es alrededor de un 25%", señala Felipe López.