La industria del aguacate ha experimentado un crecimiento sostenido en los últimos años, impulsada por la demanda en Europa. Sin embargo, las condiciones meteorológicas, la competencia internacional y las nuevas regulaciones han impuesto barreras que los productores deben sortear para mantenerse en el mercado.
Desde Colombia, Frutand exporta aguacate Hass con una operación durante las 52 semanas del año, asegurando un suministro constante a sus clientes en el norte de Europa. "Manejamos fruta todo el año", afirma Federico Álvarez, gerente comercial de la compañía.
El tiempo atmosférico ha sido un elemento determinante en la última campaña. "El exceso de lluvia genera ciertos inconvenientes", explica Álvarez, señalando que, aunque las precipitaciones mejoraron la calidad de la fruta en ciertos momentos, también dificultaron la logística interna. "La lluvia llegó en un buen momento, pero también en el más crucial para el transporte", comenta.
El sistema logístico en Colombia sigue representando una dificultad adicional. "Tenemos que trabajar con lo que tenemos", admite, reconociendo el esfuerzo de los transportistas para garantizar que la fruta llegue a los puertos de Santa Marta, Cartagena y Turbo, desde donde se embarca hacia Europa en un viaje de aproximadamente 15 días.
El mercado europeo sigue siendo el destino principal, pero la competencia es intensa. "Cuando Perú entra en todo su furor, el panorama cambia", afirma Álvarez. Con el desarrollo del puerto de Chancay, el país andino se está volviendo aún más competitivo en los envíos a Asia, limitando las oportunidades de otros exportadores para acceder a ese continente.
Por otro lado, las tendencias de consumo también han evolucionado. "El consumo ha incrementado levemente", señala Álvarez, aunque advierte que el cambio más significativo proviene de las nuevas regulaciones. "Las exigencias en certificaciones y huella de carbono se han vuelto mucho más estrictas, y en ocasiones no van alineadas con la realidad del consumidor".
El compromiso con la calidad sigue siendo una prioridad. "Hacemos seguimiento durante los 365 días del año", explica Álvarez, resaltando que trabajan tanto con productores asociados como con cultivos propios para garantizar un producto óptimo. A pesar del crecimiento del sector, la compañía todavía opera sin automatización avanzada: "Todo es manual hasta el momento, confiando en la naturaleza".
En cuanto a precios, la última campaña mostró variaciones importantes. "En diciembre los precios fueron bajos, el mercado repuntó en enero, pero no como en otros años", comenta Álvarez, dejando entrever que el panorama para 2025 aún es incierto.
"Lo más importante es conservar la calidad y encontrar los calibres adecuados para el mercado", concluye.
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Federico Álvarez
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