El sector se prepara para trasladarse de regiones productoras como Yuma (Arizona) y Brawley (California) a la costa californiana, y hay optimismo ante la posibilidad de una temporada de cultivo estable. "El tiempo en el desierto ha sido más cálido de lo normal. No ha habido heladas ni frío que ralentizaran la producción, así que creo que terminarán a tiempo o un poco antes de lo previsto", afirma Russ Widerburg, de Valley Produce West.
En las regiones californianas de Salinas y Santa María, el invierno ha sido suave. "Hemos tenido algunas esporádicas, pero no lluvias importantes que hayan impedido a los agricultores acceder a los campos durante semanas por no poder trabajar la tierra para plantar", añade.
En general, Widerbug prevé una transición más suave, que debería producirse a principios de abril. "Será mejor que en los últimos cinco años. Hace un par de años, en el desierto se terminó pronto y luego llovió en la costa, y se perdieron plantaciones y hubo escasez de producto, pero creo que este año no va a ser así", apunta.
En cuanto a los cambios en la superficie, cabe destacar una posible variación en el caso de las coles. Históricamente, Oxnard ha sido la mayor zona de cultivo de col verde, aunque esto ha cambiado debido a los problemas que plantea la presión de los insectos y los métodos permitidos para controlarlos. "Muchos agricultores han reducido su superficie de col verde en esta zona. Esto hará recaer la responsabilidad sobre Santa María, ya que Salinas no ha sido una gran zona productora de coles verdes. Por ello, es posible que veamos un pequeño repunte en el precio de este producto", dice Widerbug.
Mejor demanda tras el invierno
En cuanto a la demanda, se confía en que la demanda de hortalizas de California siga en aumento y se mantenga estable, tras la lenta demanda de producto en enero y febrero como consecuencia de las bajas temperaturas en el Medio Oeste y el Noreste de Estados Unidos.
En lo que se refiere a los precios, "los agricultores dependen en gran medida de los compromisos contractuales, por lo que no creo que se alcancen los 30-40 dólares que hemos visto en los últimos años", opina Widerburg. "Los precios de la lechuga y la coliflor no llegan a los 20 dólares. Las coles de Bruselas están por encima de los 20 dólares, pero más allá de estos productos, el resto no sube mucho más allá de los 10 dólares. El apio lo ha tenido difícil desde antes de Navidad".
En casos como el del apio, que se tiene que vender a alrededor de 15 dólares para obtener rentabilidad, pero que se ha estado vendiendo por 9-10 dólares en los últimos meses, los productores podrían empezar a recortar el cultivo para el mercado abierto si la situación continúa así.
Para más información:
Russ Widerburg
Valley Produce
russ@valley-produce.com