Hoy ha parado de llover en Málaga en una pausa necesaria, pero breve, ya que la borrasca Martinho tomará el relevo a partir de mañana jueves a Laurence, cuyo paso ha puesto de nuevo contra las cuerdas a la comarca del Valle del Guadalhorce con una nueva crecida del río que ha obligado a desalojar población y ha inundado fincas agrícolas, como ya ocurrió el pasado mes de octubre.
"De nuevo hemos tenido una crecida peligrosa en el río, aunque esta vez ha sido diferente que en octubre. Además de la lluvia, la presa de Casasola ha estado soltando agua al río Campanillas, un afluente del Guadalhorce, que es lo que hizo crecer el caudal desde la confluencia del río Grande hacia abajo, afectando a parte de Pizarra, y a poblaciones como Cártama y Alhaurín de la Torre", explica Guillermo Aranda, de SAT Cítricos de Málaga.
Los datos de la Red Hidrosur confirman, de hecho, que el 18 de marzo tanto el embalse de Casasola como el río Guadalhorce a su paso por Cártama marcaron máximos históricos: el embalse llegó a acumular 25,23 hm³ de agua —lo que equivale a estar al 115% de su capacidad—, y el caudal del río Guadalhorce superó los 5,5 m de altura activando la alerta roja por crecidas.
"Lo bueno es que los arroyos y ríos estaban muy limpios de brozas y cañas después de las riadas de octubre, que arrastraron todo el material, y las huertas que se han inundado lo han hecho solo con agua, no con basura. De hecho, en muchos sitios el agua que había entrado ya ha bajado completamente; aunque toda la humedad nos va a obligar a realizar tratamientos para evitar problemas de hongos en los árboles, lo que supone una nueva piedra en el camino esta campaña", advierte Guillermo.
"Hay que recordar que, pese a toda esta lluvia, empezamos con una sequía inmensa y con los problemas que había causado que la fruta no hubiera tenido agua suficiente en el verano, en el que además hubo un exceso de calor; luego vinieron las dos danas de finales de octubre y principios de noviembre con un intervalo de una semana, y ahora esto", añade.
"También hay que señalar que llevamos prácticamente desde finales de febrero con muchas dificultades para entrar a recolectar en los campos con tantos días de lluvia en este tramo de la campaña del limón Fino. Sin embargo, el agua del otoño y el invierno ha hecho que el limón, aparte, lógicamente, de la fruta de los campos que hayan tenido un daño importante, esté teniendo una muy buena calidad".
Y es que el agua es necesaria y sin ella no habría agricultura, remarca Guillermo. "El dicho de que 'nunca llueve a gusto de todos' es cierto, y debemos pensar que después de la sequía que hemos sufrido, esta agua le ha venido en general muy bien al campo en Málaga; a los cítricos en esta zona y también a los mangos y aguacates en la Axarquía, donde el pantano de La Viñuela está ahora mismo al 41% de su capacidad, después de haber estado a unos niveles lamentables que han impedido regar con sus aguas".
"Afortunadamente, pese a todas las dificultades, esta campaña del limón ha sido mucho mejor en precios que el año pasado, y prevemos que la del Verna será incluso mejor, puesto que habrá mucha menos cosecha que el año pasado y, al parecer, no hay una competencia de Turquía o Egipto tan grande como la de la campaña pasada", apunta Guillermo. "Próximamente pasaremos a cosechar limones Verna, y también comenzaremos con la recolección de las naranjas Valencia, para las cuales también esperamos unos buenos resultados".
