Cada año, se desperdician aproximadamente 1.300 millones de toneladas de alimentos en todo el mundo, es decir, cerca del 30% de la producción total. Para abordar este problema, el Congreso español ha aprobado una ley pionera en Europa contra el desperdicio alimentario.
El objetivo de esta legislación es reducir el desperdicio de comida, por razones sociales, ambientales y económicas, puesto que la producción de alimentos implica un gran consumo de agua y energía, por no hablar de la gestión de los residuos generados.
Así, esta ley obliga a los bares y restaurantes a ofrecer envases a los consumidores para llevarse las sobras. Así mismo, exige a los supermercados donar sus excedentes a entidades sociales o, si no es viable por cuestiones logísticas, destinarlos a alimentación animal o biocombustibles. Además, impone que todas las empresas de la cadena alimentaria implementen planes para evitar que la comida termine en la basura.
Por otra parte, insta a tiendas y supermercados a ofrecer líneas de venta de productos estéticamente imperfectos, los llamados productos "feos", siempre que cumplan con las normas sanitarias. Los establecimientos también deberán promover el consumo de productos de temporada, de proximidad, ecológicos y ambientalmente sostenibles. Además, la ley exige que se incentive la venta de alimentos con fecha de caducidad próxima mediante descuentos.
La legislación contempla sanciones que oscilan entre 1.000 y 100.000 euros para aquellos que no cumplan con la cumplan.
Fuente: elpais.com