El jengibre peruano ha ganado protagonismo en los mercados internacionales, pero su producción y exportación enfrentan retos constantes. Desde la presión por mantener estándares de calidad hasta el impacto de costos logísticos en alza, los productores deben adaptarse a un mercado exigente y en transformación.
La temporada alta del jengibre en Perú comienza en septiembre y se extiende hasta enero, con una segunda etapa de comercialización en marzo. "La producción en 2024 se redujo ligeramente debido a factores climáticos", explica George Paul Huamán, gerente comercial de la Cooperativa Central Alta Montaña. A pesar de ello, la cooperativa logró mantener sus exportaciones, enviando 20 contenedores de jengibre a los Países Bajos, con 15 contenedores en diciembre y enero.
© Central Alta Montaña
Uno de los principales desafíos en el cultivo del jengibre es el control de hongos en regiones húmedas como Pichanaki. "Tenemos una importante presencia de Senasa para cumplir con los requisitos fitosanitarios", señala Huamán. La cooperativa implementa sistema de trazabilidad para garantizar la calidad, desde la semilla hasta el destino final, preocupándose siempre en cumplir con los requisitos del cliente y la sostenibilidad ambiental, ya que cualquier inconsistencia en destino puede resultar en la incineración del producto. "Hemos escuchado testimonios de exportadores cuyos contenedores han sido destruidos en Europa por no cumplir con los estándares, por eso nos aseguramos de que cada lote cumpla con las exigencias sanitarias", enfatiza.
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"Contamos con certificación orgánica y Fair Trade, lo que nos permite acceder a clientes que exigen altos estándares", comenta Huamán. Estas certificaciones no solo aseguran precios más estables, sino que también protegen a los productores de las fluctuaciones del mercado y les abren oportunidades en nichos de mayor valor agregado.
La cooperativa ha accedido a financiamiento internacional con tasas competitivas y recientemente obtuvo apoyo de Agrobanco con un interés del 3,5% anual. "Esto nos ha permitido expandir nuestras exportaciones y mejorar nuestra capacidad productiva", agrega Huamán.
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El mercado del jengibre ha experimentado fluctuaciones en los últimos años. "El precio del jengibre categoría 2, que comercializamos en su mayoría, ha oscilado entre $28 y $30 por saco de 20 kg", explica Huamán. La categoría 1, de mayor calidad, ha alcanzado hasta $40 por saco. La creciente competencia de Brasil y nuevos productores en Perú han generado un mercado más dinámico, obligando a los exportadores a diferenciarse por calidad y certificaciones.
Uno de los principales obstáculos para los exportadores peruanos es la crisis logística. "El flete ha subido de $2.500 a $3.500 por contenedor, lo que nos obliga a replantear estrategias de exportación", advierte Huamán. Además, la congestión en el puerto del Callao ha ralentizado las operaciones, afectando los tiempos de entrega y generando incertidumbre en el comercio internacional.
"Esperamos que en 2025 podamos duplicar las exportaciones, ya que también se han duplicado nuestros productores", concluye Huamán.
© Central Alta Montaña Para más información:George Paul Huamán
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Perú
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