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Olivier Magaud, de Solema (Francia), productora de cebollas y chalotas:

"Hemos invertido en nuevas máquinas para alcanzar un potencial de 30 t/día"

Olivier Magaud, director de Solema, dice que en el mercado de las cebollas se observan dos velocidades. Por una parte, está el mercado de productos frescos, que atraviesa dificultades, y por otro, el sector industrial, cuyas necesidades no dejan de aumentar. "En la primera gama, la situación sigue siendo bastante pesimista. Las ventas son mediocres, lo que repercute directamente en los precios, que se mantienen estables, pero no excesivos. Los productores tendrán un año correcto, pero sin un rendimiento real. En general, el mercado de productos frescos está en declive desde la pandemia. Por otra parte, el sector industrial muestra un fuerte impulso. La demanda aumenta sin cesar, impulsada por un número creciente de clientes que exigen cada vez más calidad y precios competitivos", explica.

© Solema

Esta positiva situación ha llevado a la empresa familiar a aumentar su capacidad de producción. "Hemos invertido en nuevas máquinas para alcanzar un potencial de 30 t/día. Pelamos cebollas amarillas, cebollas rojas y chalotas, así como zanahorias y col blanca, que también podemos picar", dice Magaud. Se trata de un gran paso adelante con respecto a los inicios de la empresa en 1986, cuando fue una de las primeras en especializarse en el pelado de cebollas y procesaba 300 kg/día. Este aumento de la capacidad de producción compensará en parte la caída de las ventas que están experimentando los productores en el mercado de productos frescos. "Ofrecemos nuestra gama en bolsas grandes. Esto limita los costes de mano de obra y envasado, por lo que podemos sacar más partido de los productos de nuestros agricultores", añade el experto.

Contra el desperdicio alimentario
Si el sector industrial está en pleno auge, es en parte gracias a esta voluntad de limitar el desperdicio alimentario. "Después de la COVID, se habló mucho del desperdicio alimentario. Los jóvenes, sobre todo, se han volcado en los productos transformados, que sin duda son más prácticos, pero que también permiten no tener que tirar las últimas cebollas de la bolsa por tardar demasiado en usarlas. Comprar una ración de chucrut en lugar de una bolsa de cebollas, coles y patatas ahorra tiempo y evita el despilfarro", explica Magaud.

Esta voluntad de recurrir a los productos transformados contrasta con el deseo de limitar los envases. "Aunque tiene el viento a favor, el sector industrial choca con otra tendencia, la de las nuevas generaciones que quieren luchar contra el 'efecto basura': comprar 200 g de envases para 100 g de producto. Por eso, la sección de charcutería de los comercios tiene cada vez más público, ya que responde bien a este deseo de comprar en porciones limitando al mismo tiempo los envases. Con todo, este servicio tiene un precio, y más todavía en la actual crisis económica, donde la búsqueda del mejor precio está a menudo a la orden del día. No es una situación fácil, porque actualmente operamos en un mercado repleto de contradicciones, hasta tal punto que los actores del sector ya no saben a qué atenerse", concluye Magaud.

Para más información:
© SolemaOlivier MagaudSolema-Luzo
Chemin des Chènevièress
10260 Jully-sur-Sarce
Francia
Tel.: +33 3 25 29 85 79
luzo@luzo.fr
solema.com