El 2 de abril de 2025, la esperada comparecencia del presidente Donald Trump acaparó la atención mundial. Cuando se dieron a conocer las cifras, se percibió una sensación de alivio en países como Egipto y Marruecos, a juzgar por el tono de los editoriales de la prensa de estos países y las reacciones de los exportadores. Los exportadores marroquíes y egipcios solo se ven afectados por un aumento del 10% de los aranceles, por lo que consideran que se encuentran en una "posición privilegiada". Se trata del mismo arancel impuesto también a los países árabes del CCG, mientras que la tasa ha superado el 20%, el 30% y el 40% para el resto de los países árabes, como Túnez, Argelia e Irak.
Khaled Al Sayed, analista económico egipcio y autor de la columna Hakawi Fi Elbusiness, dedicada al seguimiento de la dinámica del comercio y las divisas, comenta cómo se han recibido los aranceles en los países árabes y su impacto en la moral de los exportadores, especialmente en el sector económico.
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El día en que se anunciaron los aranceles, el pánico inicial dio paso rápidamente al alivio en Egipto y Marruecos, ya que los exportadores vieron en ellos una oportunidad. Al-Sayed comenta: "Yo diría que estos profesionales tienen razón al expresar este alivio. Como el arancel del 10% es mucho más bajo que los aranceles impuestos a otros países, le brinda a los exportadores egipcios y marroquíes una ventaja a corto plazo. El elemento de oportunidad existe, y la reacción de los exportadores me parece justificada. Sin embargo, se tiende a ignorar un hecho concreto: como todo el mundo sabe, la administración Trump suele ser impredecible y puede revisar los tipos arancelarios sobre cualquier país una vez que los exportadores de ese país se beneficien de la situación".
Los nuevos aranceles podrían dar ventaja a las exportaciones de varios productos agrícolas de origen egipcio y marroquí. Según Al Sayed, muchos ejemplos de productos con alta demanda y baja elasticidad podrían reaccionar positivamente. "Los productos agrícolas, como las uvas egipcias y los cítricos marroquíes, podrían conservar su cuota de mercado, pues estos productos ya están afianzados en el mercado estadounidense. Sin embargo, los productos sensibles al precio podrían perder terreno frente a los proveedores latinoamericanos. Mucho dependerá de cómo reaccione a la nueva situación la competencia en América Latina, donde los aranceles son también del 10%. También hay un factor crítico que debemos tener en cuenta, y es la eficiencia logística: incluso con aranceles más bajos, los costes de envío y los retrasos podrían erosionar la ventaja".
Según Al-Sayed, la configuración de la competencia global tras los nuevos aranceles podría abrir la puerta a frutas y hortalizas hasta ahora totalmente ausentes del mercado estadounidense, como los cítricos egipcios, que pueden arrebatar cuota de mercado a México. Otro ejemplo son los aguacates marroquíes, hasta ahora inexistentes en el mercado estadounidense, pero los aranceles impuestos a México podrían suponer un impulso para la apertura del mercado de Estados Unidos.
Estos efectos teóricos dependerán, sobre todo, de la tolerancia de los consumidores estadounidenses a la subida de precios. Esta es una prueba que los exportadores marroquíes de cítricos han podido evitar este año, ya que la temporada acaba de terminar. Pero la temporada de uva egipcia, a punto de comenzar, mostrará el barómetro. Al-Sayed explica: "Veremos quién soporta la carga de los nuevos aranceles, los consumidores estadounidenses o los exportadores egipcios y marroquíes. La dinámica de las divisas y las negociaciones con los compradores determinarán quién soporta la carga a largo plazo. A corto plazo, los exportadores pueden absorber parte del coste (mediante márgenes más bajos) para conservar los contratos, sobre todo si el dólar está fuerte. Pero a largo plazo, los precios solo subirán si los aranceles se tornan permanentes y los importadores estadounidenses repercuten los costes a los consumidores. Sin embargo, hay que tener en cuenta la devaluación de las monedas egipcia y marroquí como comodín que puede compensar los aranceles".
Uno de los efectos más esperados de los nuevos aranceles estadounidenses y la consiguiente guerra comercial mundial es la devaluación de las monedas locales. La situación es diferente en los dos países, a pesar de que ambos han emprendido reformas de liberalización de los tipos de cambio en los últimos años. Al-Sayed explica que "la moneda egipcia es vulnerable, mientras que la economía diversificada de Marruecos y sus vínculos comerciales con la UE constituyen un amortiguador. El impacto global en los países árabes depende de la dependencia de las exportaciones. En otras palabras, Egipto es quien mayor riesgo presenta, puesto que ya tiene problemas con las reservas de divisas y un déficit de USD en el mercado negro, y los aranceles podrían ejercer más presión sobre la EGP si caen las exportaciones. Marruecos, por su parte, tiene el lujo de que su riesgo sea menor, ya que su moneda es más estable, pero un arancel prolongado podría perjudicar al MAD si caen las exportaciones agrícolas, puesto que representan una gran proporción de su PIB. Otros países árabes como Túnez están aún más expuestos al riesgo de devaluación".
Los días siguientes al anuncio de los aranceles marcaron el ritmo, con las imposiciones de aranceles de represalia por parte de China y la Unión Europea, lo que sugiere que el mundo ha entrado ya en una guerra comercial. Los países de la región árabe, sin embargo, parecen mantenerse al margen. Según Al-Sayed, "lo más probable es que Egipto, Marruecos y los Estados del CCG eviten la escalada, ya que las represalias son contraproducentes e innecesarias. Son países que dan prioridad a las alianzas de Estados Unidos en materia de seguridad sobre las disputas comerciales". Queda por ver cómo se pondrán en tela de juicio los mecanismos existentes, como el acuerdo de libre comercio entre Marruecos y Estados Unidos.
Para más información:
Khaled Al-Sayed
Hakawi Fi Elbusiness (Business Stories)
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