La campaña de mango peruano está llegando a su fin. Según Martina Garletti, responsable de compras de McGarlet, finalizará en torno a la semana 19, marcando el final de una temporada caracterizada por volúmenes muy superiores a los del año anterior.
"En 2024 nos enfrentamos a una campaña complicada, fuertemente afectada por fenómenos meteorológicos como El Niño, que provocaron importantes dificultades de producción", explica Garletti. "Este año, en cambio, la situación ha sido más favorable, con una importante disponibilidad de producto".
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De izquierda a derecha: Alessandra Menegon, Martina y Davide Garletti, de McGarlet.
La producción en Perú ha seguido el escalonamiento habitual, comenzando en el norte del país, en las zonas de Piura y Tambogrande, donde se concentra el mayor número de hectáreas productivas, y avanzando progresivamente hacia el sur, previéndose que concluya en la provincia de Casma.
Una vez finalizada la campaña peruana, será México quien entre de lleno en la producción, especialmente con la variedad Kent.
Paralelamente, Brasil también va a tener un papel protagonista. "Las zonas de producción brasileñas evolucionan favorablemente: la calidad del mango es buena y los volúmenes se ajustan a las previsiones", confirma Garletti. Las previsiones para abril y mayo son optimistas, con una disponibilidad constante de producto y un mercado que se mantiene receptivo.
"En resumen, el sector del mango se desarrolla en un marco meteorológico todavía complejo", prosigue Garletti. "No son pocos los retos, pero las perspectivas siguen siendo positivas".
Pitahaya
La empresa también importa pitahaya de Vietnam. "En este país, la variedad más común es la de pulpa blanca y piel roja, seguida de la variedad de pulpa roja y piel roja. Alrededor del 80-86% de la producción se destina a la exportación, mientras que el consumo interno representa solamente el 15-20%", explica Garletti.
"Los principales retos para los productores de pitahaya de Vietnam son la gestión de las enfermedades, si bien la aplicación de prácticas agrícolas sostenibles, certificadas por la norma GlobalGAP, está mejorando la calidad y seguridad del producto, abriendo nuevas oportunidades de mercado en Europa. Estas certificaciones garantizan el cumplimiento de la normativa internacional sobre seguridad y calidad alimentaria, aumentando así la competitividad de la pitahaya vietnamita en los mercados mundiales".
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La pitahaya pertenece a la familia de los cactus y en Vietnam se cultiva en grandes extensiones: se recolectan por la noche o al amanecer, cuando la flor aún está abierta.
"La pitahaya de Vietnam sigue ganando popularidad por su calidad y sus prácticas de cultivo sostenibles. Con la expansión de la certificación BPA y el acceso a nuevos mercados, los productores vietnamitas están bien posicionados para aprovechar las oportunidades de crecimiento en el sector de las frutas exóticas", concluye Martina Garletti. "En esta época del año también importamos pitahaya de pulpa roja de Perú y Brasil".
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