“Después de 2 o 3 semanas con buena calidad pero poco volumen, en estos momentos vuelve a llover en las zonas productoras más altas, aunque no ha hecho el daño que se esperaba. Debido al poco volumen del que disponemos este año, no hemos tenido suficiente para la gran distribución ni para exportar a nuestros clientes en Asia, países bálticos y Escandinavia”, indica.
“Mi padre fundó la empresa siendo productor de cerezas en el Valle del Jerte. Hoy por hoy ya cuenta con 3.000 metros de frío, hidrocooling, túneles de preenfriamento rápido y calibradora óptica de 21 salidas. Creamos esta empresa para servir a la gran distribución, que se abastece en origen y ya prácticamente no compra en los mercados centrales. Parte de la producción de cerezas que trabajamos es propia y otra parte, de colaboradores”.
Además, la empresa produce indirectamente entre 3 y 4 millones de kilos de fruta de hueso en Lérida a través de colaboradores, al igual que en el caso de Huelva para la campaña de fresa. “Aunque las tierras no son nuestras, financiamos las producciones de los colaboradores que trabajan para nosotros, aportando los insumos necesarios”, explica. “Este año, hemos crecido como importadora de fruta de pepita del hemisferio sur, tanto de Sudáfrica como de Chile, para abastecer al mercado nacional”.
Valgren cuenta con dos puestos de venta en el mercado mayorista de Madrid que se suman a los cinco puestos de que dispone Frutas Olivar, y tres naves auxiliares para packing y frío.
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Andrés Álvarez Perea
Valgren
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