“Los tres parámetros principales para un cultivo óptimo del champiñón son: temperatura, humedad y CO2. El control preciso de estas variables solo se consigue con instalaciones modernas. En España, numerosas explotaciones de champiñones se han quedado obsoletas y los cultivos tradicionales sin climatización dificultan una buena producción con garantías de servicio y calidad. La climatología con temperaturas extremas en invierno y verano tampoco permite un abastecimiento 365 días al año para servir a un mercado en demanda constante si no se dispone de unas instalaciones con la climatización adecuada. La inversión en compost de calidad es esencial si queremos garantías de éxito, pero supone un coste elevado”, comenta Sergio Pinto, director comercial de Neofungi.
El grupo Neofungi es el mayor productor español de champiñones destinados a su consumo en fresco, con una cuota de mercado superior al 50%. Esta cooperativa de segundo grado está integrada por Champínter y Mercajúcar, dos modelos de trabajo distintos pero complementarios. Juntas alcanzan una producción anual de 30 millones de kilos de hongos fresco: champiñón, setas, Portobello, Shiitake…
“El consumo de champiñón crece en un porcentaje menor que determinados hongos de origen oriental que ganan en popularidad, como Shiitake o Pleourotus eryngii. Aunque el consumo español está todavía muy por debajo de otros países, la línea es ascendente año tras año. Su alto contenido en nutrientes, bajo aporte calórico y sus múltiples beneficios para la salud lo hacen cada vez más popular en Occidente. También su riqueza gastronómica y que es una delicia para el paladar más exigente”, explica Sergio Pinto.
“El consumo de estos 'nuevos hongos' propicia el aumento de consumo de los hongos tradicionales en lugar de coger parte de su mercado. El consumo de Portobello, por ejemplo, ha aumentado un 15% sin ir en detrimento del champiñón clásico blanco. El ADN de Neofungi es el cultivo para fresco. Un control riguroso de todo el proceso se traduce en garantías sanitarias que acreditan nuestras certificaciones, esenciales en un mercado exigente. Nosotros controlamos todos los procesos, desde la elaboración de la semilla en el laboratorio hasta el procesado del compost agotado, pasando por hacer nuestro propio compost de tercera fase y cultivando con la última tecnología en climatización, con la que controlamos la temperatura, la humedad y el CO2 en cada fase del cultivo; esto es una garantía de servicio, sanitaria y de calidad”, puntualiza Sergio Pinto.
La importancia de la economía circular en el cultivo de hongos
“Actualmente somos la planta de compost más moderna de España y estamos entre las ocho primeras de Europa. Nuestro cultivo climatizado fomenta una economía circular, haciendo que los residuos del compost se devuelvan al campo. Este modelo, además de ser sostenible, es una garantía sanitaria vital”, confirma Sergio Pinto.
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Sergio Pinto, director comercial
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