"Lidl y Jumbo venden tomates de plantaciones españolas explotadoras". Con este dato arrancaba el programa de radio Argos la semana pasada. Por su parte, las cadenas de supermercados declararon que "se toman muy en serio la situación en el sur de España" y que estaban "muy conmocionadas".
La siguiente respuesta la envió a Argos COEXPHAL, la asociación de productores y exportadores hortícolas de Almería. Jan van der Blom escribe que "tras escuchar su informe, he llegado a la conclusión de que tienen una imagen completamente errónea de la situación en nuestros invernaderos; en algunos puntos, de hecho, demostrablemente incorrecta. Esto es extremadamente perjudicial para todas las personas que trabajan y viven en esta zona y, en definitiva, para todo el sector en Europa. Es inaceptable que, basándose en 'testimonios' no verificados de un exempleado vengativo, una empresa excelente como BIOSABOR sea tachada de empresa que explota a las personas y que ejerce una especie de esclavitud moderna".
Aquí unos cuantos datos:
- La exportación de tomate de Almería representa cerca del 60% del total de tomate exportado desde España.
- El sector hortofrutícola en Almería cuenta con aproximadamente 59.000 personas registradas con contrato, de las que el 67% (casi 40.000) proceden del extranjero. De estos trabajadores extranjeros, el 10% proceden de otros países de la UE y el 90% de países extracomunitarios, principalmente de África. Por lo tanto, todas estas personas tienen derecho a, al menos, el salario mínimo y todos los servicios sociales habituales (asistencia sanitaria, prestaciones por desempleo, formación, etc.). Esta información se puede consultar en Internet a través de la Seguridad Social.
- Como bien apuntan, el sector hortofrutícola está formado por un gran número de pequeñas empresas familiares. Casi 14.000 en total. Un tercio del trabajo lo realizan los horticultores y sus familiares.
- Sumando productores, familiares y empleados, en los invernaderos trabajan unas 93.000 personas, lo que equivale a casi 2,8 personas por hectárea. Esa es precisamente la mano de obra necesaria (un poco más en unos cultivos, un poco menos en otros).
- Inevitablemente, en esta industria altamente fragmentada, ocasionalmente surgen disputas laborales que acaban en los tribunales, que determinan si el empleador tiene o no razones válidas para despedir a un empleado. Sobre el caso del agricultor mencionado, que es miembro de la cooperativa BIOSABOR, también será la justicia la que dicte sentencia.
- La forma de explotación descrita es completamente ilegal y el control de la misma ejercido por parte del Gobierno es muy estricto. Si, durante una visita no anunciada, se encuentran trabajadores indocumentados en un invernadero, se impone una multa tan alta que la mayoría de los horticultores pueden verse forzados a cerrar su negocio de inmediato. Me sorprende que no se hayan acercado al Gobierno español para comprobar si se está dando la mencionada explotación ilegal masiva.
Certificación
Usted argumenta que la certificación no es fiable porque "el carnicero inspecciona su propia carne". Efectivamente, COEXPHAL ha desempeñado un papel muy importante en el establecimiento de sistemas de certificación y sigue participando en AGROCOLOR. Al igual que en otras organizaciones del sector, la certificación fue creada por el propio sector para garantizar la implementación de determinados métodos de producción y distinguir a las empresas que realizan un esfuerzo adicional. La sugerencia de que esto es inverosímil debido a conflictos de intereses es absurda. Toda certificación está sometida continuamente a auditorías, realizadas por organismos independientes, así como frecuentemente por los clientes (cadenas de supermercados de toda Europa). Por cierto, esta certificación nunca tiene valor jurídico a la hora de evitar prácticas ilegales. Como mucho, las certificaciones pueden exigir garantías y medidas adicionales a las obligaciones legales existentes.
Plaguicidas
En el informe también se afirma que los trabajadores están expuestos con frecuencia a pesticidas peligrosos. Esto no tiene sentido. Aquí se aplican exactamente las mismas normas que en los Países Bajos, y las infracciones se castigan con severidad. También aquí quien aplica plaguicidas debe tener un permiso de pulverización. Y por supuesto, en todas las explotaciones hay ropa protectora disponible.
Interés del horticultor
Aparte del aspecto legal/ilegal, es sumamente importante darse cuenta de que a un horticultor no le interesa en absoluto trabajar con personas explotadas o descontentas. Cuanto más tiempo se pueda mantener a los mismos trabajadores, más eficaz será el trabajo y más agradable será la colaboración. Por lo tanto, definitivamente no es cierto que las horas extraordinarias no se paguen sistemáticamente. De hecho, para muchos trabajadores, estas constituyen una parte sustancial de su salario. En la práctica, la mayoría de los horticultores llevan muchos años trabajando con los mismos operarios y se ha desarrollado un estrecho vínculo de confianza. Además, habiendo vivido y trabajado en esta región durante 30 años, he observado que básicamente nunca hay malestar social en las comunidades donde todos conviven. Varias décadas después de que empezara la inmigración, cada vez es más frecuente ver a trabajadores africanos que alquilan o compran sus propios invernaderos y se convierten en horticultores autónomos.
Tugurios
Es un hecho que muchas personas viven en condiciones bastante malas, o incluso degradantes, como menciona su informe. Esta realidad tampoco resulta agradable para los almerienses. La causa, sin embargo, no es el trabajo o la "esclavitud" en la horticultura, sino el hecho de que aquí estamos al borde de Europa y muchas personas llegan en barcos desvencijados con la esperanza de encontrar un futuro mejor. Según las normas europeas, estas personas no tienen derecho a un permiso de residencia, y por tanto a un trabajo y unos ingresos regulares, hasta que hayan vivido de forma demostrable en un país de la UE durante tres años. La inmensa mayoría de las chabolas las habitan estas personas. De hecho, muchos tienen la esperanza de conseguir un trabajo en los invernaderos, pero esto no va a suceder. Muchos acaban marchándose a Europa; sin embargo, para vivir en condiciones primitivas, el clima de Andalucía se presta mejor que el clima marítimo holandés. Así que el chabolismo descrito deriva de un problema europeo a gran escala que no pueden resolver los gobiernos locales por sí solos.
Salarios justos
No cabe duda de que el trabajo en los invernaderos puede ser duro y que está mal pagado con salarios mínimos. Sin embargo, la horticultura en toda Europa tiene poco margen para mejorar esto. Un buen ejemplo de esto es la producción de tomate en España. En tres años, desde 2018, el salario mínimo legal en España ha subido más de un 20%, con la intención de situarlo a un nivel más acorde con otros países de la UE. En el tomate, el 45% de los costes de producción son para mano de obra. Esto significa que el coste medio por kilo producido ha aumentado repentinamente casi un 10% debido únicamente a la mano de obra, mientras que todos los demás costes (fertilizantes, semillas, plástico...) también han subido mucho. Este aumento de los costes no se ha trasladado a los precios que pagan los clientes. Consecuencia: de las 11.000 hectáreas de tomates que aún se cultivaban en Almería en 2018, solo quedaban 8.000 hectáreas en 2021.
Marruecos
En su emisión, observan que hay tomates marroquíes disponibles en los supermercados. Marruecos, donde los salarios son inferiores al 20% del salario mínimo en España, se ha beneficiado enormemente del declive en España (y otros países de Europa). Las importaciones de Marruecos están aumentando muy rápido, a expensas de la producción en Europa. De hecho, las exportaciones de tomate de Marruecos han superado ya con creces a las de Almería. Desgraciadamente, esta tendencia se está viendo muy favorecida por programas como el suyo, o de la alemana RBB, que no abordan las condiciones de trabajo en Marruecos. Al igual que ARGOS, en el programa del Sr. Wiese en Alemania se presta gran atención a las declaraciones de un pequeño sindicato, el SOC. Aunque apreciamos que este sindicato identifique algunos abusos, debemos señalar que no se trata de un sindicato con una afiliación representativa. En consecuencia, tampoco asisten a las negociaciones anuales de los convenios colectivos sectoriales. Desgraciadamente, su razón de ser es dar noticias sensacionalistas que recogen con avidez los medios de comunicación extranjeros, quienes luego apenas investigan la situación real. Por lo que he podido comprobar, contrariamente a lo que afirma el Sr. Wiese, COEXPHAL no recibió ninguna solicitud de entrevista de RBB ni de ARGOS. También he hablado con la organización de certificación AGROCOLOR, y allí tampoco se ha recibido ninguna solicitud. Estaremos encantados de responderle.
Olores
Una conclusión de su informe, que suscribo de todo corazón, es que los tomates producidos en Almería son excelentes en términos de calidad y sabor. Si han detectado algún otro "olor" aparte del olor a tomate, me temo que se lo han imaginado ustedes.
Fuente: COEXPHAL