¿Alguna vez has visto o imaginado el departamento de frutas y hortalizas de los supermercados estadounidenses? ¿Cómo te lo imaginas: grande o pequeño, o incluso inexistente y reemplazado por productos congelados? ¿Y cómo son las frutas y las hortalizas que se ofrecen, de alta o de baja calidad? ¿Y los precios? FreshPlaza Italia lo ha averiguado.
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Frescura, calidad, fuerte sentido estético, orden, colocación en el estante basada en la vida útil de cada referencia y en los matices de color y la familia botánica, surtido amplio y variado: estas son las características del departamento de frutas y hortalizas en los puntos de venta estadounidenses y en particular en Arizona, California y Nueva York.
Las frutas y hortalizas frescas siempre se colocan en la entrada de los supermercados y ocupan una zona muy amplia. A la entrada de las tiendas, es habitual encontrar una amplia oferta de plantas ornamentales compuesta por plantas verdes, plantas con flores, flores cortadas y ramos de flores. En el mes de noviembre, en el exterior también se venden calabazas ornamentales y árboles de Navidad.
En el departamento de frutas y hortalizas, todos los productos se colocan en el estante según grupo de productos y vida útil para realzar la frescura y la calidad de los productos. Sin duda, no falta un fuerte sentido estético que acompaña a todos los puntos de venta; la forma en que se colocan las frutas y las hortalizas siempre te hace querer comprarlas, ya que los estantes siempre están llenos, los productos carecen de defectos estéticos, los colores son brillantes, los calibres son buenos y la percepción de quien compra es que está comprando productos de alta calidad. Las frutas y las hortalizas se colocan en islas ordenadas por grupo de producto, por ejemplo, tomates de varios tipos o diferentes variedades de manzanas. Las hortalizas de hoja se colocan en cámaras frigoríficas en las que se activa un sistema de nebulización de forma intermitente, con el objetivo de preservar la frescura de los alimentos. Junto a las cámaras que ofrecen hortalizas de cultivo convencional, están las que ofrecen la gama de hortalizas ecológicas; incluso en algunos puntos de venta de California y Arizona solo hay productos de agricultura ecológica.
En cuanto a la oferta de IV gama, a diferencia de Italia, país en el que esta categoría de productos se asocia casi exclusivamente con las hortalizas de hoja listas para comer, en los Estados Unidos una gran parte de los productos de IV gama está ocupada por frutas cortadas. La demanda de estos productos de conveniencia es alta, a diferencia de lo que se piensa comúnmente, y a menudo se ofrecen junto al estante de yogures para snack y desayunos saludables.
Las hierbas aromáticas, las algas, las flores comestibles y los baby greens siempre están disponibles en los lineales, a excepción de los pequeños mercados que solo tienen lo esencial, pero también se venden en los mercados ambulantes. Una pequeña parte del departamento de frutas y hortalizas está dedicada a los hongos, que, junto con las trufas y las cremas a base de trufa, también se encuentran en gran variedad en los mercados ambulantes de California y Utah. Detrás del departamento de frutas y hortalizas suele haber dispensadores de frutos secos, frutas deshidratadas y legumbres.
Las frutas y hortalizas en los Estados Unidos no son baratas, ni en los supermercados ni en los mercados ambulantes. Paradójicamente, es más barato comprar carne y pescado que frutas u hortalizas. Por ejemplo, las castañas cuestan 10,99 dólares por libra (454 gramos); los tomates, 2,99 dólares; las calabazas ornamentales, 3,99 dólares, y los pimientos, 4,99 dólares.
Y finalmente, en cuanto a las posibilidades de colocar frutas y hortalizas frescas de origen italiano en los supermercados estadounidenses, el desafío es arduo pero no imposible. Seguramente habría que lidiar con México, país de donde proviene la mayoría de las hortalizas frescas presentes en los estantes. No obstante, hay grandes oportunidades para los productos transformados italianos, en particular conservas y mermeladas. Tanto es así que muchas especialidades italianas ocupan un lugar de honor en los estantes y se ofrecen a precios dos o tres veces superiores al producto similar vendido en Italia.