Para hacer más sostenible la oferta de frutas y hortalizas en sus puntos de venta, la cadena de supermercados holandesa Albert Heijn, en colaboración con sus proveedores, planea tomar varias medidas, entre las cuales la reducción del consumo de energía. No obstante, Albert Heijn reconoce –así consta en su Informe de Sostenibilidad 2023, en el que también se revelan los planes para 2024– que esto no siempre es fácil en el cultivo protegido.
Uno de los planes es la reducción del consumo de gas por producto. "Los productores que utilizan invernaderos calefactados dependen en gran medida del gas natural. También tenemos en cuenta otros desafíos, como la congestión de la red, la disponibilidad limitada de la energía geotérmica en algunas regiones y el hecho de que alternativas como el hidrógeno aún no se pueden implementar a gran escala. En este sentido, también las autoridades podrían ayudar a los agricultores a que avancen en su camino hacia una horticultura protegida libre de combustibles fósiles", dice el informe.
¿Tomates de Marruecos o Países Bajos?
Al tomar medidas para combatir las emisiones, Albert Heijn a veces se encuentra ante un dilema. "Ciertamente, es posible que una determinada elección tenga un impacto positivo por un lado y un impacto negativo en otro".
En otras palabras, cambiar de productos cultivados en invernaderos calefactados en los Países Bajos a productos cultivados en el extranjero no es necesariamente la opción más sostenible. Aunque el informe no lo menciona, se sobreentiende que, en el caso de los tomates, se piensa en el uso de agua o de pesticidas, entre otras cosas: "Obtenemos nuestras frutas y hortalizas lo más cerca posible y tan lejos como sea necesario. Pero la elección no siempre es fácil. Y es que el impacto ambiental de los tomates cultivados bajo el sol marroquí y transportados por carretera a veces es menor que el de los tomates producidos en un invernadero calefactado con gas en los Países Bajos".
A continuación, el informe habla sobre las emisiones por modalidad de transporte, un factor muy relevante en la floricultura. En 2023, Albert Heijn dejó de importar por avión frutas y hortalizas frescas, ahorrando anualmente más de 24.000 toneladas de CO₂ equivalentes. Además, cada vez más flores llegan en barco en lugar de en avión desde Kenia.
En una prueba piloto con uno de sus proveedores, Albert Heijn está haciendo un seguimiento la calidad de las flores que llegan por barco a los Países Bajos, un proceso delicado en el que la temperatura y la humedad deben controlarse cuidadosamente.
Comunicar la huella de carbono por producto
La iniciativa "Ventajas para la naturaleza y el agricultor", a través de la cual la cadena de supermercados aborda temas como la biodiversidad y el cambio climático, cuenta con colaboraciones de más de 400 productores de frutas y hortalizas. Desde 2021, Albert Heijn solicita a los agricultores asociados que proporcionen datos sobre la gestión empresarial, a partir de los cuales Albert Heijn calcula la huella de carbono de sus productos. La información y los cálculos son validados por una agencia independiente.
La cadena de supermercados empezará este año a indicar en los envases las emisiones de CO₂ de los productos de marca propia. "Aún desconocemos las cifras exactas", reconoce Anita Scholte, responsable de Calidad & Sostenibilidad. "Y es que las diferencias entre los productores son grandes, puesto que algunos tienen acceso a energía geotérmica, mientras que otros no. El cálculo de Albert Heijn se basará en el Protocolo de Gases de Efecto Invernadero (GHG, por sus siglas en inglés)".
Ajustes en la cadena de los frutos rojos
Desde el año pasado, los frutos rojos vendidos en las tiendas de Albert Heijn se envasan directamente en campo, por lo que los productos llegan más frescos a los estantes, de media unas 30 horas antes. Según Albert Heijn, la mayor frescura de los frutos rojos se traduce en un ahorro de más de 400.000 kilogramos de productos desperdiciados.