La pitahaya ha experimentado un crecimiento notable en Perú, consolidándose como un cultivo con gran potencial exportador. Esta fruta se ha convertido en un cultivo importante en varias regiones del país gracias a su adaptabilidad a distintos climas y suelos. El interés comercial en la pitahaya comenzó en la década de 1990 en las regiones de San Martín y Ucayali, inicialmente para el mercado local. Perú cultiva principalmente la pitahaya roja, de pulpa roja y piel rosa, y la pitahaya amarilla, de pulpa blanca y piel amarilla.
La expansión hacia las regiones costeras, como Piura, Lambayeque, Ica y Lima, comenzó en 2010, impulsada por la demanda internacional. Esta expansión hacia la costa ha permitido cosechas de alta calidad y un fácil acceso a los mercados internacionales, fomentando las exportaciones. Las primeras exportaciones se registraron a finales de la década de 2010, y para el primer semestre de 2024, las exportaciones alcanzaron US$ 1.3 millones y 406 toneladas, un marcado incremento en comparación con el año anterior. Los principales destinos son los Países Bajos, España y Francia, que concentran el 97% de los envíos y donde la fruta es apreciada por su calidad y sabor exótico.
Las perspectivas futuras para el cultivo y exportación de pitahaya en Perú son prometedoras, con expectativas de crecimiento continuo. Entre los retos figuran la necesidad de mejorar la infraestructura de transporte y almacenamiento, fortalecer la asociación entre productores y promover la investigación y desarrollo de nuevas variedades. Pese a ello, la pitahaya se está consolidando como un cultivo estratégico para el desarrollo agrícola y económico de Perú, gracias a su adaptabilidad, calidad y demanda internacional.
Fuente: agraria.pe