El año pasado, debido a las lluvias de finales de mayo y principios de junio, la cosecha de cerezas del Valle del Jerte, una de las mayores zonas de cultivo de cerezas de España y de Europa, fracasó. Muchas cerezas se agrietaron y se pudrieron, solo se pudo salvar un 30%. Y así ocurrió que Vera Ciobanu, directora de la aún joven y pequeña pero ambiciosa empresa moldava Moreller, cargó un camión de sus cerezas para un productor español afectado y voló a Madrid para estar allí cuando la fruta fuera descargada y clasificada.
"Tenemos unas diez hectáreas de cultivo que se plantaron en 2019", comienza Vera, "así que nuestra producción aún no es grande, ni tenemos toneladas de experiencia. Por eso, pensé que era una buena idea asistir a la clasificación y envasado de nuestras cerezas en los almacenes de un productor español experimentado y de larga trayectoria. Además de la experiencia que adquirimos, fue alentador ver que el destrío de nuestra fruta durante la fase de clasificación fue mínimo. El cliente quedó muy satisfecho, y nuestras cerezas llegaron a los lineales de uno de los mayores retailers españoles en cuestión de días".
Vasile Tasca y su hija Vera en el campo de cerezos.
Hectárea por hectárea
No fue hasta 2018 cuando Vasile Tasca, padre de Vera, y de otras cuatro hijas y un hijo, empezó a comprar tierras en su pueblo natal, en el centro de Moldavia, a orillas del río Dniéster. Lo hizo hectárea por hectárea, y en 2024, la cuenta asciende a 25, aunque Vera dice que no se detendrá ahí. "Entre todos los hermanos decidimos hacer algo con la tierra que estaba comprando nuestro padre, y como él no paraba de hablar de los preciosos campos de cerezos de Turquía que, como era camionero, veía florecer año tras año en sus viajes a este país, no fue tan difícil elegir la actividad que queríamos emprender. Durante un tiempo consideramos también plantar nogales, pero el corazón y un análisis exhaustivo del suelo fueron los factores decisivos", comenta Vera.
El riego por goteo ayuda a conseguir preciosas cerezas.
Buscaron árboles en Serbia y los Países Bajos, pero finalmente los encontraron en Bélgica. "Después de una búsqueda que nos llevó a varios sitios, acabamos en Depa-Fruit, un vivero con un conocimiento profundo de las distintas zonas de cultivo de cerezas de Europa. Actualmente disponemos de las variedades Regina, Kordia y Tamara sobre los portainjertos Gisela 5 y 6".
A Alemania y Bélgica este año
Después de que Moreller ayudara a un productor español el año pasado, este año envió un camión de cerezas Tamara, una variedad de color algo más claro y que se cosecha antes que Regina y Kordia, a un importador alemán. "Si bien tenemos nosotros mismos un hidroenfriador, clasificamos las cerezas destinadas a Alemania con una línea Unitec en las instalaciones de Staragro, un productor vecino. Sin embargo, planeamos tener todo el equipamiento poscosecha necesario dentro de tres años. Además del hidroenfriador, hablamos de cámaras frigoríficas y una máquina clasificadora y envasadora que funcione con energía solar", explica Vera.
Cerezas listas para exportación.
Esta temporada, las cerezas Kordia y Regina se enviaron en cajas IFCO al vivero y productor belga, donde, tras ser clasificadas, acabaron llegando al mercado mayorista de Rungis, en París. "La cosecha de este año, sin embargo, no ha sido buena. De nuestro potencial de producción de 80 toneladas, solo recogimos 25 toneladas".
"La escasa cosecha se debe principalmente a una polinización decepcionante. Además, los pocos frutos que colgaban de los árboles sufrieron episodios de lluvia justo antes de la cosecha. Las cerezas protegidas por mallas antilluvia se vieron mínimamente afectadas, así que nuestra prioridad es equipar gradualmente todo el huerto con ese tipo de protección. Clasificar la fruta se puede hacer en las instalaciones de un tercero, pero nadie puede detener la lluvia por ti", manifiesta la directora.
Parte del campo ya está equipada con protección contra las lluvias.
Renovación varietal
"Además, nos estamos centrando en diversificar las variedades de cerezas para satisfacer la demanda del mercado. En este sentido, hemos empezado a experimentar con nuevas variedades más resistentes a condiciones meteorológicas extremas". Cada año, la empresa planta unas tres hectáreas de cerezas, con el objetivo de obtener una cosecha mínima de 300 toneladas en un futuro próximo. La ampliación de la superficie se hace gradualmente para asegurar de que los campos se equipen con todas las herramientas de protección necesarias para una cosecha abundante, hermosa y sabrosa.
Vera, que ha crecido en una familia cristiana, cuyos valores inspiran a buscar lo mejor para el prójimo, subraya su amor a Dios, a la familia y a Moldavia, y con sus esfuerzos espera contribuir significativamente al desarrollo del país.
Hacia Escandinavia
Tras varias buenas experiencias de ventas en España, Alemania y Bélgica, la empresa está decidida, después de ampliar la superficie cultivada y equipar el almacén de envasado, a establecer asociaciones a largo plazo con clientes europeos. "Quizás en Escandinavia. Los precios de venta son buenos en Noruega y Suecia, y su temporada de cerezas empieza cuando acaba la nuestra. Así que la ventana comercial es la adecuada. Hace unos años visitamos a un retailer en Noruega, llevando varios kilos de cerezas en un pequeño frigorífico. No tuvieron ninguna queja sobre la calidad, pero hasta el momento no podemos suministrar volúmenes suficientes para inscribirnos en un programa. Dentro de pocos años, lo conseguiremos", concluye Vera con determinación.
Moreller cuenta con las certificaciones GlobalGAP y GRASP y estará presente en la próxima edición de Fruit Attraction en Madrid. Puedes encontrar a la empresa en el stand conjunto de la organización del sector, Moldova Fruct, 10D18.
Para más información:
Vera Ciobanu
Moreller Ltd
Chisinau (Moldavia)
Móvil: +373 680 444 86
[email protected]
https://moreller.md/