La alcachofa de Tudela se encuentra en estos momentos en plena temporada. "La producción empezó algo lenta, ya que los meses de septiembre y octubre han sido mucho más frescos y más lluviosos de lo normal; no obstante, esa climatología más fresca ha hecho que las plantas hayan vegetado muy bien y que hayamos controlado sin grandes problemas las plagas que pueden afectar al cultivo, cosechando alcachofas de una calidad muy buena", explica Guillermo Agorreta, presidente del Consejo IGP Alcachofa de Tudela.
Esta alcachofa, muy valorada tanto por la alta gastronomía como por la industria por su sabor y su consistencia, sigue siendo uno de los grandes productos de la huerta navarra, pese a que su superficie ha experimentado cierto retroceso en los últimos años.
"En nuestra zona, al igual que los demás sitios de producción, se ha producido ese descenso en el número de hectáreas en producción, motivado por diferentes razones. Una de ellas fue el surgimiento de la alcachofa de semilla, que supuso una competencia para la variedad Blanca de Tudela; esa alcachofa tuvo su momento de moda, pero vemos que la gente está volviendo a decantarse por alcachofa típica de Tudela porque tiene una textura única", explica Agorreta. "La Blanca de Tudela es, de hecho, la única alcachofa apta para la industria conservera. Y la industria, junto con la hostelería de alta calidad, son para la alcachofa de Tudela sus nichos de mercado más importantes además del mercado fresco".
"La bajada de producción también se ha producido porque con toda la escalada de costes que hubo en los últimos años, hemos necesitado hacer ajustes en los precios de venta de la alcachofa, que ya de por sí tiene un precio alto. Uno de los costes que tuvo una subida importante fue la mano de obra, y en España ahora mismo falta, por lo que entre el mayor coste y que es muy difícil encontrar trabajadores cualificados, ha habido productores que han disminuido sus hectáreas de cultivo para poder gestionarlas correctamente", prosigue el presidente de la IGP.
"Es una realidad que en el sector agrario necesitamos personal cualificado y especializado no solo para el cultivo; también para manejar las máquinas y gestionar las nuevas tecnologías, y es difícil encontrar gente con esos perfiles que necesitaremos cada vez más", indica Guillermo Agorreta.
"No obstante, diría que hemos llegado a un punto de inflexión. Al final de la pandemia tuvimos el periodo más difícil con la escalada de los costes, pero a día de hoy podemos decir que la situación se ha estabilizado bastante: la industria ha podido absorber la subida de precios que hemos necesitado hacer y la demanda de las conserveras ha aumentado. Por otro lado, la hostelería en España está funcionando de forma espectacular y la alcachofa es un plato estrella para muchos restaurantes, por lo que su demanda también ha aumentado", asegura Agorreta.
"Ya parece que hay repuntes en hectáreas, y esperamos que sigan aumentando y que los productores se animen a incrementar el cultivo de alcachofa de Tudela, una alcachofa por la que los consumidores y los grandes chefs se decantan indudablemente".
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