Ya desde el principio, la situación de la producción de kakis en España no era muy halagüeña, al encontrase el sector en declive debido a una serie de factores coyunturales: problemas fitosanitarios, políticas a la baja, falta de remuneración para los agricultores locales, hasta el punto de que en los últimos años se ha generado una especie de desafección por este cultivo. Ahora, las recientes inundaciones en la provincia de Valencia, zona en la que hay miles de hectáreas plantadas de kaki, han empeorado el panorama.
A este respecto, el agrónomo Vito Vitelli, creador e impulsor del proyecto Melotto®, comenta: "Desde hace 2-3 años, la producción italiana se beneficia de una crisis española que se agrava con el paso del tiempo. Esta temporada, la tendencia es positiva, debido a los desafortunados acontecimientos que ya conocemos y por los que expresamos nuestro pesar a nuestros amigos y colegas españoles. Ahora no hay kakis suficientes, hasta el punto de que hemos recibido algunas propuestas de comerciantes españoles interesados en comprar nuestra fruta".
En proceso de evaluación, prueba e introducción se encuentran campos de kakis con más de 1.000 plantas/hectárea. "Haber creído e invertido en la cadena de suministro ha dado sus frutos, pero no debemos pensar que las cosas irán bien para siempre, sobre todo si no trabajamos con profesionalidad y modernidad. Si Italia ha conseguido hacerse un nombre, se debe sobre todo a la selección del material de vivero, la información y la formación sobre el terreno, el apoyo a los productores, el perfeccionamiento de las técnicas, la mejora de la poda, el suelo, la nutrición y las defensas, y la adopción de modelos de plantación que desarrollan un número de plantas no inferior a 1.000 y rendimientos de al menos 30-35 t/hectárea. También son muy interesantes los resultados de la renovación de los campos existentes con la técnica de poda de reforma y espesado, con el fin de recuperar rápidamente muchas superficies ya plantadas de kaki", prosigue el agrónomo.
Kakis italianos.
Sin embargo, no son pocas las dificultades. Incluso en los kakis italianos están surgiendo algunos problemas fitosanitarios que deben gestionarse de forma preventiva, y no siempre solo mediante la administración de insecticidas específicos, sino también con la adopción de técnicas de gestión y con astucia, que deben evaluarse ya en la fase de plantación.
"Plantas con un follaje más compacto, más iluminadas y con productos que reduzcan los factores que predisponen al ataque de enfermedades vegetales, fertilización equilibrada y riego con un aporte hídrico y nutricional idóneo", dice el experto. "Aconsejo a los agricultores que planten cultivos con un sistema doble para poder llevar a cabo un riego con control climático". Además de los kiwis y los cítricos, también los kakis se benefician de la instalación de aspersores, que pueden servir a la vez de anticongelante (en caso de descenso de las temperaturas entre febrero y marzo) y de sistema de control climático en verano, evitando así que el calor excesivo atrofie el crecimiento y provoque quemaduras en hojas y frutos".
En lugar de centrarse en la precocidad, es muy importante perfeccionar la técnica del retraso de la cosecha para poder recolectar a finales de diciembre/principios de enero, cuando el kaki todavía tiene mucha salida en el mercado, y perfeccionar también la técnica de conservación en cámaras frigoríficas.
Árboles jóvenes.
"Como en el caso de otras especies arbóreas, es aconsejable trabajar en campos cubiertos, ya que estamos hablando de un cultivo que está empezando a generar retribuciones altas, con un PVP que oscila entre 25.000 y 35.000 euros (0,60-0,70 €/kg x 50 t/ha), y por tanto, capaz de soportar los costes de las estructuras de cubierta. Trabajar en un entorno protegido aporta mayor seguridad y permite retrasar el periodo de recolección, así como defenderse de las adversidades climáticas, como el granizo y el calor abrasador durante el periodo estival".
La forma de cultivo en un solo eje (es decir, la extensión del tronco hasta 2,5 m, del que parten las ramas secundarias), ya probada en manzanos, perales, olivos, ciruelos, melocotoneros, pistachos, etc., está empezando a introducirse también en el kaki. "Esta técnica de cultivo nos permite superar las 2.000 plantas/hectárea y obtener una eficacia considerable en el plano de la producción: pocos frutos por planta (80-90 kakis) pero bien repartidos (no más de 20 kg/planta). Las ventajas se encuentran en la sencillez de la gestión de la poda y la recolección, una mayor exposición a la luz y, por tanto, una mayor coloración de los frutos, menos ataques fitosanitarios y un control más fácil de determinados insectos. Además, con este sistema, que conlleva una reducción de la distancia entre plantas en la hilera, tendremos ramas de soporte más cortas y robustas y, por tanto, mayor resistencia al deshojado".
Para más información:
Vito Vitelli, agrónomo
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vitovitelli.blogspot.com