Más de un centenar de productores, comercializadores e investigadores del sector del kaki unieron fuerzas hoy, en el marco de Kakifórum 2025, para buscar estrategias eficaces de prevención y control de las plagas que permitan garantizar la viabilidad económica de este cultivo a corto y largo plazo. La jornada organizada por la Asociación Española del Kaki (AEKAKI), la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) y el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA), con la asistencia del conseller de Agricultura, Miguel Barrachina, analizó las últimas novedades sobre la lucha de plagas, las cuales están convirtiendo al kaki en "el cultivo con mayor desperdicio alimentario, ya que alcanza mermas medias de producción superiores al 30% a pie de campo".
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Los especialistas abordaron a través de ponencias y una mesa redonda las dificultades para gestionar las moscas blancas, los cotonets y el nuevo trips de Sudáfrica (Scirtothrips aurantii) que ha irrumpido de manera generalizada y virulenta desde la pasada campaña. Asimismo, los investigadores expusieron nuevas estrategias de control biológico y de manejo sostenible de plagas en el cultivo, en respuesta a las exigencias fitosanitarias y medioambientales cada vez más estrictas de la Unión Europea.
El presidente de AEKAKI, Pascual Prats, afirmó que "el kaki vive una etapa de cierta estabilidad comercial, pero la rentabilidad se tambalea por el problema creciente de las plagas. A causa de la entrada de nuevas plagas por la falta de controles en frontera y de la escasa disponibilidad de soluciones eficaces por la prohibición de materias fitosanitarias, sobre todo en un cultivo menor como es considerado el kaki, muchos agricultores no pueden obtener una cosecha suficiente y acaban abandonando el cultivo".
El presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, denunció que "mientras la clase política legisla para reducir el desperdicio alimentario, al mismo tiempo suprime las materias activas fitosanitarias que son imprescindibles para combatir las plagas. El kaki es el ejemplo paradigmático de que la Comisión Europea, con sus incoherentes y suicidas políticas agrarias, es la máxima culpable del desperdicio alimentario en el campo". Aguado también apostó por "acabar la guerra en Ucrania para recuperar el mercado ruso", que el kaki español "tiene vetado desde 2014 con unas consecuencias muy negativas".
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Durante la inauguración, el vicepresidente de AVA-ASAJA, Bernardo Ferrer, agregó que se ha pasado de la preocupación al alarmismo, y pidió "un plan de choque para controlar las plagas del kaki en una zona productora muy concentrada".
Por su parte, el conseller de Agricultura, Miguel Barrachina, subrayó que va a destinar una partida récord de 36 millones a sanidad vegetal y 19 millones adicionales para reforzar el IVIA. "Además del estrepitoso fracaso de la UE para evitar la entrada de plagas, ha dejado el botiquín del campo vacío. Desde la Conselleria seguiremos trabajando para investigar, conseguir autorizaciones excepcionales como el spinosad y facilitar a los agricultores las medicinas necesarias".
En el mismo sentido, el director del IVIA, Alejandro Tena, coincidió en que "el centro está llevando a cabo una ardua labor para hacer frente a las plagas del kaki. Hemos pasado en 10 años de no sufrir ninguna plaga a tener ahora cinco especies diferentes (dos cotonets, dos moscas blancas y el nuevo trips), de manera que debemos hallar soluciones eficaces a la vez que cumplir la legislación europea".
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