Mientras Europa se consolida como el epicentro de la demanda de frutas exóticas, los exportadores brasileños navegan entre picos de producción, presión por certificaciones y retos logísticos que exigen precisión y adaptación constante.
Con más de 60 años de trayectoria en el mercado brasileño, Campal Frutas es uno de los exportadores de higos del país. "En 2024, representamos el 40% del volumen total de higos exportados desde Brasil", afirma Julio Leite, representante de la compañía.
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El higo es el producto insignia de Campal, con producción continua durante las 52 semanas del año y picos de volumen entre noviembre y abril. "Logramos una producción constante gracias a nuestra experiencia y estructura. Esto nos permite abastecer tanto el mercado interno como el de exportación todo el año", señala Leite.
La empresa ha sabido ampliar su catálogo con frutas exóticas como mango palmer, apple mango, pitaya, atemoya, guayaba, carambola, lichi, palta tropical y jengibre. En el caso del mango, Campal inició recientemente exportaciones hacia mercados como España y Portugal, logrando una entrada exitosa. "Esta diversificación ha fortalecido nuestra presencia internacional y ha abierto nuevas oportunidades para productores locales", destaca Leite.
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La empresa cuenta con 150 hectáreas de cultivo propias, además de trabajar con productores homologados bajo estrictos estándares de calidad. "Tenemos cinco certificaciones internacionales y exigimos que nuestros socios también cumplan con estos estándares", comenta. Esta apuesta por la calidad ha sido importante para mantener la competitividad, especialmente en un contexto donde factores climáticos y logísticos presentan dificultades constantes.
El 80% de sus exportaciones se dirigen a Europa, principalmente a Francia, Inglaterra y Países bajos. "Hace más de 10 años definimos Europa como nuestro principal destino, y hoy representa la mayoría de nuestro volumen", explica Leite. El resto se reparte entre Canadá, Ásia y algunos destinos en Oriente Medio.
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Según Leite, el inicio de la temporada de higos en 2024 se vio afectado por eventos climáticos que causaron un leve retraso en la producción. Sin embargo, "aproximadamente tres semanas después del inicio habitual de la temporada alta, en octubre, se produjo un boom de fruta. Este repunte trajo una gran oferta al mercado, lo que provocó una baja momentánea en los precios, antes de estabilizarse hacia el inicio de 2025", afirma.
"En cuanto a precios, el higo se rige por la dinámica del mercado interno brasileño, y su valor puede oscilar entre 4 y 12 euros por caja de 1,2 kg. La fruta tiene buena aceptación y poca variación si el mercado interno se mantiene estable. En el caso del baby ginger, la caja de 13,6 kg llegó a venderse a 33 dólares, un precio considerado alto para la temporada", señala.
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Las exportaciones se realizan en un 95% por vía aérea, lo que permite mantener la frescura del producto pero implica inconvenientes logísticos importantes. "Brasil sigue enfrentando problemas de infraestructura, como la falta de cámaras frías en los aeropuertos, lo que puede hacer que se pierdan vuelos y se afecte la calidad", explica Leite.
"En el 2025, esperamos una temporada más equilibrada en términos climáticos y precios más estables. Este año apunta a ser mucho mejor que el anterior", concluye Leite.
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Julio Leite
Campal Frutas
Brasil
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